Productos Km 0, tendencia y concienciación

Productos Km 0, tendencia y concienciación

Todos hemos oído hablar de la importancia que tienen los productos de proximidad o de Km 0, esos alimentos elaborados al lado de casa por agricultores y ganaderos locales. En contraposición a los que cruzan miles de kilómetros, suponen un gran cambio para nuestra dieta, además de para el entorno donde se consumen. Basta con que nos fijemos en el etiquetado de los alimentos para darnos cuenta de dónde se han producido.

¿Qué son los productos Km 0?

Los alimentos o productos de kilómetro cero son aquellos elaborados a menos de 100 km del punto de venta. Cuanto menor sea el recorrido, más disminuyen las emisiones de dióxido de carbono. Hay quienes prefieren reducir este ámbito a la comarca donde se produce, pues nos podemos encontrar con alimentos procedentes de una explotación muy contaminante situada a 80 kilómetros de nuestra ciudad y con otros producidos en explotaciones ecológicas ubicadas mucho más allá de este radio de 100 kilómetros.

¿Dónde encontrar los productos de proximidad?

Hay varias formas de comprar alimentos de proximidad. La primera de todas es la venta online en la web de las propias empresas locales. Solo tienes que conocer compañías de tu entorno que ofrezcan esta posibilidad. Otra opción interesante es adquirir los productos de Km 0 directamente a los agricultores, ya sea en mercadillos, mercados ecológicos o acudiendo a la propia explotación. En el caso del pescado, podemos comprarlo directamente en la lonja una vez se descargue de los barcos o si prefieres en los mercados más próximos.

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Ventajas de consumir productos Km 0

Son muchas las razones para adquirir alimentos de proximidad, ya sean frutas, verduras, carne, pescado u otro tipo de alimentos, como los lácteos o la miel. Por un lado, el aumento de la calidad es notable. Se comen productos frescos, lo que repercute tanto en el sabor como en la conservación de los nutrientes. Además, no incluyen conservantes artificiales como los que se incorporan a los alimentos que se producen lejos.

Por otra parte, no hemos de olvidar las razones relacionadas con el impulso a la economía local y la eliminación de intermediarios. En un gran número de ocasiones, estos son los que se enriquecen en el camino que los productos recorren desde huertos y granjas hasta las grandes superficies o mercados, sin que el precio que pagamos allí repercuta realmente en los productores. Un problema que no pasa con los alimentos de kilómetro 0.

Por otra parte, no debemos olvidar que Gran Canaria es una tierra que posee favorables condiciones naturales y climáticas que permiten producciones continuas a lo largo del año. Es por esto que podemos cuidar la Isla y consumir de una forma más sostenible adquiriendo productos más cercanos a nosotros. Gracias a nuestras tierras los alimentos se recogen en el momento óptimo y al reducirse el tiempo entre la recolección y el consumo no son necesarios tantos conservantes ni congelación.  

Consumir productos frescos

Cuando apostamos por los productos de Km 0 estamos comprando alimentos frescos, de temporada. A diferencia de lo que ocurre con los que llegan de otras partes del mundo, no hace falta que pasen por procesos para prolongar su conservación, como, por ejemplo, el congelado.

En el caso de las verduras, hortalizas, frutas o legumbres, también tenemos la confianza de que no incorporan azúcares, grasas, colorantes y ningún otro elemento que pueda ser dañino para la salud y que se utilizan en la industria agroalimentaria.

Favorecen la economía y la gastronomía local

Si compramos en granjas, cooperativas o huertos locales, el dinero se queda en nuestra región, lo que permite reforzar el tejido económico local. Ahora que se habla tanto de la España vaciada, la compra de alimentos producidos localmente es una forma de mantener vivas estas zonas. De este modo, es posible generar empleo y, a la vez, conservar la biodiversidad. En este sentido, es la mejor forma de mantener las especies locales, tanto vegetales como animales. Por otra parte, no olvides que un campo trabajado y cuidado también es una buena ayuda en la prevención de incendios.

Se reduce la contaminación

Mucha gente se decanta por estos productos por conciencia medioambiental. De hecho, tienen un menor coste para nuestro entorno ya que reducen considerablemente la huella de carbono al recorrer muchos menos kilómetros antes de llegar a nuestra mesa. Las explotaciones ecológicas y de proximidad emiten menos contaminantes y, al impulsar el medio rural, también contribuyen a hacer frente al cambio climático.

Productos de proximidad más sabrosos

¿Alguna vez has probado un tomate, una lechuga o un pimiento que no sabían a nada? Seguro que el aspecto visual era inmejorable, pero a la hora de saborear estos alimentos se quedaban lejos de tus expectativas. Esto es porque se han recogido antes de hora y han madurado en cámaras frigoríficas o mientras se dirigían a tu casa. Un problema que, lógicamente, no tendremos con los productos de kilómetro 0, con los que reforzaremos el sabor de nuestros platos.

Economía más justa

Además de disfrutar de alimentos de calidad, reducir la huella de carbono y ayudar a la creación de empleo en la zona, la compra de alimentos de proximidad sirve para conseguir una economía mucho más justa. Por una parte, la supresión de los intermediarios supone que el dinero va directamente al agricultor o ganadero, no se lo queda una tercera persona. Por otro lado, se reduce el desperdicio alimentario, ya que, cuando se importa comida, muchas piezas no superan el control de calidad (problemas de envasado, mal aspecto u otras incidencias) y acaban en la basura.

¿Qué podemos hacer como consumidores?

Ahora que ya sabes lo que es Km 0 en alimentos y las ventajas que te proporcionan este tipo de productos, es el momento de que actúes como consumidor. En tus manos está apostar por ellos y comprar en tiendas de proximidad, mercados locales o directamente a los agricultores y ganaderos. A veces, también puedes encontrarlos en grandes superficies. En cualquier caso, mirar el origen de lo que compras es clave para favorecer un consumo responsable.

Como has podido comprobar en este artículo, los productos de proximidad son una forma de comer más sano y también una excelente alternativa para proteger el medioambiente. Su compra repercute en la economía local, pues el dinero que pagamos va directamente a los agricultores y ganaderos que producen los alimentos. Sin lugar a dudas, se trata de una comida más fresca, sabrosa y rica nutricionalmente que la que viaja cientos o miles de kilómetros hasta llegar a nuestra mesa. ¡Elige alimentos kilómetro 0!