Café de Agaete: el tesoro del Valle

Café de Agaete: el tesoro del Valle

El municipio norteño de Agaete ha estado vinculado tradicionalmente a la actividad pesquera, agrícola y turística. El Puerto de las Nieves y su famoso Roque Partido, conocido popularmente como “El Dedo de Dios” han sido claves en la notoriedad de este municipio destacado de Gran Canaria. Sin embargo, en el Valle de Agaete se esconde un tesoro, una verdadera sorpresa que algunos expertos califican de ‘milagro’: el cultivo de uno de los mejores cafés del mundo. 

Situado a 150 sobre metros sobre el nivel del mar (y a tan sólo 15 minutos de la costa) el Valle de Agaete se extiende a lo largo de 45,5 kilómetros cuadrados de suelo volcánico fértil que sostiene una producción de 5.000 kilos de café anuales. El cultivo del café en un clima como el canario es una verdadera excepción porque mientras que los cafetos (las plantas del café) se desarrollan entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, climas húmedos y tropicales, Agaete recibe precipitaciones ínfimas y su clima se considera subtropical. Sin embargo, el calor se condensa y la planta se mantiene entre 16 / 18ºC. La prueba es que el café lleva aquí más de 150 años y se ha adaptado a estas condiciones. Los cafetales crecen a la sombra de aguacates, mangos, papayas, naranjas, pomelos y otras frutas tropicales.

Finca de La Laja

Finca de La Laja

Origen del Café en Gran Canaria

El café comenzó a plantarse en casi todas las islas a finales del siglo XIX. A partir de 1930/40, sin embargo, la producción se retrae y desaparece excepto en este valle. Para los agricultores de entonces cosechar el café, recolectarlo, desgranarlo y descascarillarlo a mano suponía una tarea enorme, pero según la hipótesis de expertos como José Manuel Sosa, técnico de la Agencia de Extensión Agraria del Cabildo de Gran Canaria es que “aquí se mantuvo gracias a las facilidades que daba una máquina descascarilladora que en el resto de los lugares no existía”. Según contaba el técnico en una entrevista publicada en “El País” en 2017,  “en 1889 en la Exposición Universal de París, lo presentó a concurso un agricultor de Agaete, el hacendado José de Armas, y consiguió medalla de bronce. Si hoy existe es gracias a la familia Armas. Las plantas llegaron por primera vez al Botánico de la Orotava, con la intención de que se aclimatara. Desde allí pasaría a Agaete donde se adaptó perfectamente”.

Una variedad excepcional

La variedad cultivada en Agaete es la denominada typica (arábica), una de las más antiguas que tiene su origen en Etiopía. Una particularidad de este cultivo es que, en el valle, el café no conoce plagas ni enfermedades. Algunos expertos lo han encuadrado en el restringido grupo de los cafés exóticos: aquellos que se producen en islas, en cantidades escasas y con costes elevados. 

Dado que la producción de todo el valle es escasa (no pasa de 5.000 kilos), el café era un cultivo que corría el riesgo de perderse porque no era rentable, pero con la ayuda de los ayuntamientos y del Cabildo de Gran Canaria, se comenzó a trabajar en un producto de más valor. Se crearon jornadas en torno al Café de Agaete, reivindicándolo como un producto gourmet, erigido en valor seguro a través del agroturismo, que ya atrae a más de 80.000 personas al año.

Una experiencia única

El de Agaete es un café natural que no ha sido lavado previamente, manteniendo así su autenticidad intacta. Es un café que en boca es ligero, muy aromático y con ciertos matices de chocolate, regaliz y fruta.

El café del Valle se puede probar directamente en la Finca de la Laja, donde se sitúa una de las bodegas más famosas de la isla, Los Berrazales. Aquí, además de elaborar vino también se cosecha, se recoge y se tuesta el café.

Lo más interesante es que se pueden visitar las plantaciones, y observar cómo se cosecha y cómo es el proceso de recogida. Y por supuesto, al finalizar la visita se puede acceder a una degustación del café en sus instalaciones. 

Otros cafetales de la isla

Aunque Agaete era de las poquísimas zonas de Europa productoras de café, desde hace unos años el cultivo se ha extendido por otros lugares de Gran Canaria. Un ejemplo es el Café Lupita, un café de variedad Arábica y de tueste natural, cultivado principalmente en los municipios de Guía y Agüimes. Su nombre es en honor a Guadalupe Sosa, «Lupita la de la tienda» tal y como la conocían en el barrio de La Atalaya (Guía). Puedes encontrar este y otros cafés cultivados en la isla, en nuestro Mercado Digital.

Para terminar, un consejo de los expertos que apuestan por una cultura del café:

Aprender a hacer un café filtrado con las cafeteras del tipo V60 o Chemex; utilizar siempre mejor el café en grano, molerlo solo cuando se vaya a tomar y conservarlo en frío, para que no se seque.